miércoles, 17 de julio de 2019

MUÑECOS QUITAPESARES Y PSICOTERAPIA INFANTIL. 


Hace algún tiempo, los niños de Guatemala empezaron a hacer los muñequitos “quitapesares” para contarles sus penas o preocupaciones a cada uno de ellos antes de colocarlos debajo de la almohada a la hora de dormir. Creían que al despertar estarían menos preocupados pues los muñecos se habían llevado todas sus penas mientras dormían. Los “quitapesares” están hechos de pequeños trozos de madera, retazos de tela e hilo. 

En la noche le cuentan sus pesares y a través de los sueños, el muñeco les quita las penas y regresa a su caja una vez cumplida la tarea.

En Psicoterapia infantil, estos muñecos coadyuvan a que el niño descargue sus emociones y reestructure sus pensamientos, se puede manejar de la siguiente forma:

1. Hacer con el niño y los papás los muñecos en la sesión (con palitos de paleta, plumones, retazos de tela, etc). Puede iluminarlos y adornarlos incluso como superhéroes.
2. Hacerles una caja o bolsa para guardarlos.
3. En la sesión, mientras los están haciendo se le cuenta cómo es que funcionan, por ejemplo que en la noche puede susurrarle sus penas, preocupaciones, enojos, tristezas, etc. al muñeco quitapenas y lo guarde bajo la almohada, porque en sus sueños, mientras duerme, le va a ayudar con su pena (emoción)
4. Como es difícil saber cuando el niño le cuenta sus penas al muñeco, los padres deberán estar al pendiente y platicar o jugar con el niño para saber qué le pasa y ayudarlo a estructurar o a resignificar sus emociones en formas sanas.

Ramón Preocupón y los muñecos quitapenas



Ramón era un preocupón.
Le preocupaban muchas cosas…
Se preocupaba por los sombreros… y se preocupaba por los zapatos.
Ramón se preocupaba por las nubes, por la lluvia y por los pájaros enormes.
Su papá trataba de ayudarlo:
—No te preocupes, hijo —le decía—. Esas cosas sólo suceden en tu imaginación.
Su mamá también le tranquilizaba:
—No te angusties, mi amor —le decía—. No permitiremos que nada te suceda.
Pero aún así, Ramón seguía preocupado.
Lo peor era dormir fuera de casa.
Una noche tuvo que quedarse en la de su abuela, perno no podía conciliar el sueño.
Estaba demasiado preocupado. Aunque se sintió un poco tonto, se levantó a contárselo a su
abuela.
—No te apures, cariño —le dijo ella—. Cuando yo tenía tu edad, también me
preocupaba por todo. Tengo justo lo que necesitas.
Y fue por algo a su habitación.
—Estos muñecos se llaman “quitapesares” —le explicó—. Sólo tienes que contarles tus
preocupaciones y guardarlos debajo de la almohada. Mientras tú duermes, ellos se
preocuparán por ti. Ramón siguió las indicaciones de su abuela y durmió como un lirón.
A la mañana siguiente, Ramón regresó a su casa. Por la noche volvió a contar sus
pesares a los muñecos, y durmió como un tronco.
La noche siguiente, Ramón durmió muy bien, y la siguiente, también. 
Pero la cuarta noche, Ramón empezó a preocuparse nuevamente.
No podía dejar de pensar en los muñecos. Les había cargado todas sus
preocupaciones. No era justo.
Por la mañana, Ramón tuvo una idea. Se pasó todo el día trabajando en la mesa de la
cocina.
Era algo difícil y tuvo que repetirlo varias veces, hasta que al fin lo logró…
¡Muñecos quitapesares para sus muñecos “quitapesares”!
Esa noche TODO EL MUNDO durmió bien. Ramón y todos los muñecos.
Desde entonces, Ramón ya no es tan preocupón.
Tampoco sus amigos, pues Ramón hizo muñecos “quitapesares” para TODOS ellos.

Anthony Browe
Ramón Preocupón
México, Fondo de Cultura Económica, 2006







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